sábado, 2 de abril de 2011

REFLEXIONES

A veces envidio a la gente que abandona en el camino. A los que se sientan a la vera del río, a los que buscan un refugio, cambian de compañeros o se esconden en los matorrales viendo pasar a los demás. 

¡Qué difícil se me hace! Con los años, en vez de tener menos ganas, parece que voy a más. Ésto, la verdad, que es incomprensible. Aunque a veces los que forman parte de esta fiesta se dediquen a quitarte las ganas. Aunque cada decisión que se tome esté cuestionada por unos y criticada por otros.

No sé que tiene ésto, que acabamos de cerrar un año y ya tengo ganas de arrancar el siguiente. Aunque sepa que nadie me espera en la calle para escucharte. Aunque a veces me sienta ridículo disfrazado. Aunque haya algunos que no sepan escuchar, valorar o sumar. Aunque otros sólo valgan para restarte ganas.

Parece que hay una fuerza superior que te empuja. Quizás esta fuerza sean mis compañeros de viaje. Quizás sea la paciencia de mi mujer. Quizás que me sienta respaldado por mi jefe y mi entorno laboral. Quizás porque sea lo único que me vale para desconectar del día a día. Quizás porque habré nacido con estos genes. Pero, estamos en marzo y ya tengo ganas de ensayar, de escuchar un nuevo pasodoble, de pensar en nuevas ideas... Y eso que no se qué pasará el año que viene, ni quiénes serán mis compañeros de viaje... ni en qué modalidad saldré, ni siquiera si volveré...

1 comentario:

Jota dijo...
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